Para dar la bienvenida en nuestro corazón, al fruto del vientre de la Santísima Virgen, el niñito Jesús; primero debemos quemar al que mal nos aconseja.
¿Somos soberbios?, ¿somos orgullosos?, entonces debemos recordar que "polvo somos y en polvo . . . nos convertiremos".
¡Viva la Santísima Virgen!, ¡Fuera el diablo!
Fray Bruno Frison agradece la participación de la feligresía e imparte la Bendición a los presentes.
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