Desde la antigüedad ya en el día 7 de Diciembre la procesión de la Inmaculada Concepción recorría las calles de la ciudad por la noche, siendo iluminado el cortejo con antorchas y fogatas.
Ante el paso de la Santísima Virgen, forma parte de la tradición popular llamarle a este fuego purificador: quema del diablo.
El Rector de la Ermita Fray Bruno Renato Frison ofició una santa misa y el comité se encargó de preparar la tradicional procesión.
Desde tiempos pasados el cerrito de la Virgen ha sido un tesoro codiciado: A mediados del siglo XIX se pretendió transformarlo en un fuerte militar, tras los terremotos de 1,917-18 se propuso la construcción de un templo más grande y moderno, en los años 20 se intentó construir un cementerio de personajes ilustres, a principios de los años 30 se habló de la posibilidad de aplanarlo y hacer una inmensa plaza y en los años 50 se propuso hacer un inmenso corte de tierra en la parte occidental debajo de donde se encuentra "La Guardiana" para comunicar las zonas 1 y 2, en la 12 avenida.
Razón tuvieron nuestros antepasados en preservarlo según la tradición.
A lo largo de la historia, en el cerrito de la Virgen del Carmen se ha cuidado su vegetación, sus árboles y jardines (reino vegetal), se han hecho actividades en pro de la dignificación de nuestras mascotas (reino animal) y también actividades culturales que han servido de solaz y esparcimiento a los vecinos (reino humano), sin embargo lo que parece enfurecer al maligno son las actividades religiosas que buscan la salvación de nuestras almas (Reino Celestial).
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