Avance de obras.
Sobre este muro antiguo estaba adosado el retablo. Por ser de calicanto exhibía algunas fisuras que fueron reparadas adecuadamente.
Para la intervención del retablo fue necesario desmontarlo ya que se descubrió que su proximidad al muro permitía que se concentraran altos niveles de humedad, la cual es muy dañina para todo el conjunto (con la humedad la madera se hincha).
Para eliminar el problema de la excesiva humedad se estudio que era necesario crear una cámara de aire entre el retablo y el muro, por lo que los travesaños de anclaje ahora no quedarán a ras del muro, sino separados 15 cm.
Parte posterior de la hornacina donde descansa la imagen de la Santísima Virgen.
El nicho que recibe a la hornacina de madera, antes de la intervención.
Puede contemplarse el muro ya restaurado, habiéndose dejado intactos los travesaños antiguos que aparecen hasta arriba en un color más oscuro.
Pueden apreciarse los nuevos soportes que garantizan la seguridad de toda la estructura.
Al eliminar la humedad desapareció un leve olor a moho (esporas) que se percibía al permanecer en el altar.
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